Follada pero castigada sin merienda...

me encuentro entre su cuerpo y la encimera, acorralada preparando café, me deja el espacio vital justo para poder maniobrar, con sus brazos bordeando mi cintura se agarra a la encimera. Me encuentro torpe, nerviosa, se me tropieza la cuchara torpemente con la cafetera y se derrama el café. Noto de repente su polla en mi cadera y  juega con mi cuello, lo lame, lo acaricia con la nariz y huele mi pelo profundamente. Le notaba mimoso, relajadito pero juguetón.

Acabo con el café y no puedo mas, me acurruco en el espacio que queda dentro de sus brazos que se cierran en la taza, con mis brazos por encima de los suyos, llego a su paquete que ya estaba a punto de reventar.

Me encanta, me encanta que desde el minuto número uno de verme esté empalmado, me gusta que no tenga ni que tocarle para que la tenga muy dura, me gusta que con solo una mirada me tenga como una perra... en este caso, ni con una mirada. Cuando me coge de la nuca como a una gatita se me eriza la piel.

Notaba mucho calor en mi entrepierna y jugué con su cinturón hasta deshacerme de él, me extrañó que no me parara en ningún momento, me dejaba hacer y eso me encantaba, no recuerdo la ultima vez que me permitió hacer algo así. Metí mi mano bajo su calzoncillo y allí estaba esperándome, no pude dejar de abrir la boca por la sorpresa que me causaba, estaba durísima, tal y como se adivinaba a través del pantalón. Metí la otra y cogí los huevos, los quería tener en mi boca, juntos, a la vez.. ¿me cabrían? yo creo que sí...

Intento rozarme con él y permanece impasible, ni se retira ni si se arrima.. sigo con mi juego y le bajo los pantalones hasta donde puedo, me subo el vestido, me bajo las medias, las bragas y meto su polla entre mis nalgas. Comienzo a moverme, a desearla, a necesitarla...

-Metemela por favor! ya no puedo mas, me tienes aquí como una zorra, con las medias por las rodillas, con el vestido arremangado y ofrecida para ti.. fóllame!!!

No dijo ni palabra, bebió un trago del café, lo volvió a posar y me azotó fuerte:
-Cuando le echas azúcar al café tienes que removerlo!
Uhmmm me había encantado ese azote, separó mis nalgas, yo me puse de puntillas arqueándome y metió primero la puntita, dios que rica! comenzó a pasearse por mi coño despacito, torturándome, yo quería sentirla fuerte, quería sentir sus huevos chocar con mi coño.

Puso mi pecho sobre la encimera, me llevó las manos atrás e hizo que me abriera para él, que me ofreciera yo solita, así lo hice y comenzó a embestirme muy duro, como le gusta a las zorritas vamos!. Cogió su taza de café y siguió bebiendo. Se paseaba dentro y fuera mientras degustaba el café con banda sonora:
-Uhmmm que café tan rico.... uhmmmm nunca me había tomado un café así... uhmmmm que bien los prepararas...

Posó la taza y yo seguía ofrecida, se agarró a mis caderas y comenzó a darme duro, muy duro... yo me abría todo lo que podía para notarla bien dentro, para notar lo huevos, pero con cada embestida mi cabeza chocaba con el brick de leche, cada vez lo empujaba un poco mas adentro, cada vez me follaba mas duro y yo ya chorreaba por el muslo, seguía muy duro hasta que no pude mas, las piernas comenzaron a temblarme  y me corrí muy largo y suave mientras mis rodillas flojeaban.

Cuando me recuperé, mientas él me acariciaba la espalda, me giré... después de una buena corrida a mi siempre me entra mucho hambre y quise merendar. Yo no había tomado café pero quería mi leche. Se la chupé inmediatamente, sin ningún impedimento por su parte, que suele ser lo habitual. Me dejó chuparla, relamerme.. "uhmm" me encanta, creo que podría estar horas así. Hasta que me preguntó:
-¿tú crees que ya está limpia?
-No.. todavía no te has corrido...
-No, me voy a correr. No te voy a dar tu premio, quizá mañana si te portas bien...
Puse carita de niña abandonada y hambrienta, puse carita de cordero degollado, puse cara de todo lo que me sabía para dar pena y lo único que obtuve fue su mirada de "no te lo mereces".

Se subió los calzoncillos, se colocó la camisa mientras yo jugaba con su paquete por si decidía arrepentirse, pero no hubo manera. Con su decisión inflexible se acabó de vestir y se largó por la puerta dejándome follada pero sin merienda...