lunes, 26 de abril de 2010
despertares...
No habia sonado la alarma del despertador pero algo pasaba, algo me llamaba desde la realidad para hacerme salir de mi plácido sueño, estaba tumbada boca arriba, alguien estaba entre mis piernas y sujetaba mis muñecas contra la cama, la luz estaba apagada y no conseguia ver quien era, un instante de agonia hasta que su sabor inundó mi boca, esa lengua, esa manera de besar inconfundibles, su olor me confesaba que no hacia mucho que se habia perfumado. Intenté hablarle pero siempre me mandaba callar, tenia su polla paseandose por mi coño, torturandome sin adentrarse lo mas mínimo, me lamía la cara, empujaba con su barbilla mi cara para morderme el cuello, bajaba a mis pechos y los mordisqueaba produciendome un placentero dolor, mi cadera se levantaba y mi espalda se arqueaba escurriendome por la cama buscando su polla sin cesar. Cada vez que estaba cerca de conseguirlo se alejaba, cogio mis muñecas, las puso al lado de mis caderas aprisionandolas contra las sábanas y empezó a lamer muy suave y lentamente mi coño, casi sin rozarlo, humedeciendolo y soplando, notaba su aliento caliente acercandose pero nunca llegaba a tocarme, sólo con la punta de la lengua, yo notaba mi clitoris hinchado, duro y muy caliente, mi cadera se adelantaba en busca de su boca pero cada vez que hacía eso se retiraba y me decía No con la cabeza, mis ojos acostumbrados a la oscuridad conseguian ver dos brillos, sus ojos miraban para arriba vigilando mis expresiones y cuando volvía a posar mi cadera en la cama él seguia su tortura, me besaba las ingles, las lamía deleitandose en su suavidad, me miraba y me veia sufrir, tenía ganas de soltarme, agarrarle la cabeza y frotar su boca con su lengua entregada contra mi coño, pero despues de varios intentos me habia quedado claro que estaba totalmente a su entera disposicion. Decidí portarme bien y defender el papel que me había tocado, susurrandole casi entre gemidos y sollozos que me follara, que ya no podía más, se ve que creía que todavia no habia sido suficiente tortura o simplemente no me habia oido, decidí decirlo un poco más fuerte "no puedo más, necesito que me folles ya!", por fin oí su voz, la utilizó para decir que sólo él decidiría cuando yo no podría aguantar más. Yo no vacilaba cuando le decía que no podía más, realmente notaba que me iba a correr, me resultaba casi insultante y grotesco que fuera sin nisiquiera haberme introducido un dedito, ni la lengua, pero hacía rato que notaba mi flujo resbalar por mi perineo, con mi coño totalmente expuesto intenté relajarme y no pensar en nada pero ni siquiera podía pensar en relajarme, me iba a correr en breve y quería antes sentirle dentro, mis piernas empezaron a temblar y mi culo se apretaba intentaba no elevar la cadera, no quería que cesaran sus lamidos, apoyandose en mis muñecas se incorporó y me metió su polla totalmente dura, noté como recorria milimetro a milimetro de mi coño, empezó a follarme energeticamente con duras embestidas y grité, grité mucho, había sido uno de los orgasmos mas fuertes que había sentido o por lo menos eso había creido....
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Nena... yo no se cuánto tiempo habría podido aguantar ese papel... ¡pero me encanta imaginarte en él!
ResponderEliminarMil besitos... me gusta esto...
Jejeje, este despertar tampoco está mal ¿eh? Vaya, ufff... aunque me da la sensación de que esta historia está a medias ;)
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