Muchos nervios, mucho deseo.. y poca vergüenza...

...llamarle nerviosa y que no me coja el teléfono, que me cuelgue, insistir y que me vuelva a colgar, sentir los nervios... esperarle en mi salón, con mi collar, nada más, la puerta abierta... oirle en mi rellano y verle llegar con la cara desencajada, salido perdido, con ganas de follarme y darme mi merecido, como los animales... sin hablar.. matandome con la mirada...una mirada que sobrepasa lo indiscreto y sucio, que deja atrás los obsceno, tan atrás que da miedo... y me pierdo, se mezclan deseo y miedo...

Deseo de convertirme en aquello que todo el mundo desea pero nadie se atreve a decir en alto, una puta.
Miedo, mucho miedo y poca vergüenza...