jueves, 12 de agosto de 2010

Cabrón!







Hablabas de “Perdidas” pero no me explicaste que era la manera de llamar a las mujeres que pasaban por tus manos y que tras conocerte, así se quedaban …perdidas. Estaba tranquila aunque me sentía incomprendida, un bicho raro, no encontraba poya que me entendiera. Esa lesbiana metida en el cuerpo de un cabrón me atrajo desde el primer momento y supo encontrar las partituras apropiadas para tocar en mi piano.
La primera vez, en aquel hotel, creo que no quedó rincón sin mancillar. Me enseñaste a moverme para encontrar mi placer, pero lo que realmente me enseñabas era a encontrar mi condena, no nos conocíamos de nada y supiste leer mi cuerpo sin enciclopedia británica. En aquella habitación se podía haber vaticinado todo lo que ha pasado, pero hubiera salido corriendo si me llegan a decir que a día de hoy veo difícil que alguien sepa leerme como tú lo haces. 
Supiste hacerme gritar una estridente y desgarradora melodía la primera vez que me corrí contigo de forma encadenada. Hacerme caer rendida colmada de corridas, dormir totalmente destruida, incluso llegar a pensar en tirar la toalla una de estas veces que irónicamente caemos en la monotonía.
Me follas con rabia y con ímpetu, me conoces y sabes cuando voy a correrme, cuando mirando al espejo te veo follándome y comienzan a temblarme las piernas, se me tensan y solo las puntillas tocan el suelo, intento agarrarme a las baldosas del cuarto de baño pero ya es tarde me estoy corriendo y no paras de follarme, sigues porque sabes que si no paras conseguirás otro igual o mejor. Por dentro pienso: Cabrón! Cabrón por saber lo que me gusta desde el primer día, cabrón por encontrar la manera de sacar todo lo que has sacado de mi, a la puta que llevo dentro, cabrón por hacerme perder el control de esa manera, cabrón por hacerme correr como una autentica perra. Un cabrón por dejarme participar en tus juegos, tu mente perversa, esa que hace que antes de llegar a mi casa yo vaya dejando el rastro de un caracol hasta el punto de darme vergüenza estar así sin ni siquiera tocarme. Cabrón!  Sr Cabrón!!








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