viernes, 3 de junio de 2011

Crónica de una muerte anunciada

He quedado dentro de un rato con él y quiero probar esto de escribir antes de que pase lo que creo que va a suceder.
Yo llevo todo el día con medias y sin bragas, y he notado como tengo el coño caliente y jugoso cada vez que oía su voz, tanto que he decidido matarme a orgasmos con mi conejito si finalmente no consigo verle. Parece que los planetas se han alineado y tendré que ir antes de lo normal a mi casa, pero merecerá la pena.


Me imagino que...

según entremos por la puerta lo normal sería que ni me dejara  colocar mis cosas y me atacara ahí mismo pero creo que esta vez se hará el inocente y me dejará incluso ofrecerle una cocacola y será justo en la cocina, cuando se la esté sirviendo en un vasito bien fresquita y con hielo donde me atacará.

Me cogerá de las caderas y me apretará contra él para que note lo empalmado que está, me apartará la coleta para darme mordisquitos en el cuello, lo lamerá y lengueteará hasta ponerme tan perra que comience a culear para rozarme con su polla, me subiré el vestido hasta la cintura y me pegaré a su polla hasta que no pueda evitarlo mas y meta su mano en mi chorreante coño...

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Hoy ya puedo decir lo que pasó...

Cuando bajé a abrirle al garaje ya estaba empalmado. Allí mismo, entre los coches, me levantó el vestido para comprobar si había sido obediente y me había puesto accesible para él, cogió mi coño con la palma de su mano, como pellizcándolo y me hizo sentir como un gatito cuando le cogen de la nuca, se me puso la carne de gallina y mi mano se fue institntivamente a su paquete y mi lengua entró en su boca buscando auxilio a tanta quemazón.
Con el vestido levantado me hizo caminar hasta el ascensor y cuando este llego, había una mujer dentro que puso cara de rancia frente a la mía de pícara.

Llegamos a mi casa y como había vaticinado me dejó tranquilamente pasar de la puerta pero no quería una cocacola, quería un café asi que lo puse a hacerse y en ese momento me atacó por detrás dejándome ver que todavía seguía empalmadísimo, tuve que perseguirle por mi salón hasta que le enganché del cinturón y aunque no me dejó hacer nada con él, me cogió de la nuca y me puso contra la pared.
-¿cuantes veces te he follado en esta pared?
-no sé
-no te acuerdas?
-no, pero pocas
Me cogió de las caderas y comenzó metérmela despacio, la sacaba se ensalivaba y vuelta otra vez a dentro. Yo cogí mis cachetes con las dos manos y los separé todo lo que pude. Me cogió de los codos y comenzó a moverme bruscamente mientras me la clavaba hasta el fondo.
-eso de abrirte para mi ¿donde lo has aprendido? yo no te lo he enseñado
-si, me lo has enseñado tú.
-no, eso lo has visto en las películas guarras, esas que tanto te gusta mirar.



Y con las mismas me dio una palmadita en el culo y me mandó a por el café. A mi vuelta estaba la sillita en medio del salón y él esperándome, le dí su taza de café y me coloqué en mi sito, con la mano derecha se tomaba el café y con la izquierda me cogía del cuello mientras movia su cadera alante y atrás envistiendome fuertermente de manera que la notaba durísima golpeandome al fondo. Se tomó el café tranquilamente mientras se paseaba por dentro de mi y cuando acabo, dejó la taza mientras me decía:
-arqueate perrita y agarrate al respaldo.
No dude y así lo hice. Menos mal que me avisó, estuvo dándome duro hasta que perdí completamente la compostura, me abría tanto para él que notaba los huevos chocando con mi clítoris.




Me dio duro, muy duro, la silla estaba empapada y no había remedio. Él se había acabado su café y eso  hacia que todavía quisiera darme mas duro, agarrándome de las caderas me daba como si se le fuera la vida en ello:
-levanta la barbilla!.- me decía mientras me agarraba del pelo
-¿Sabes que te palpita el culete? eso sólo le pasa a las muy zorras. tú culete está pidiendo rabo, pero hoy no lo va a tener.
Hizo que me corriera 2 o 3 veces mas dejándome allí desvalida y temblorosa mientras se sentaba en mi sofá. Ahora ya no hace falta ni que hablemos, yo ya sé qué tengo que hacer cuando le veo así. No titubeo y me subo encima suyo a cabalgarle. Intento moverme despacito para estar mucho rato meciendome pero es pasar cinco sengundos restregandome contra él y clavándome su polla y ya no puedo parar, me tengo que agarrar a su nuca y frotarme como una cualquiera desesperada


Me gusta que me coja de las caderas y estar completamente a su disposición, sin poder moverme por mi cuenta, también me encanta sentarme dandole la espalda y subir y bajar y ver por debajo de mis piernas, ver como su polla se mete entera en mi coño y vuelve a salir, así incesantemente.
Me encanta cuando me mueve él, me folla literalmente pero cuando estoy a punto de correrme se para y hace que me vuelva loca y pierda los estribos follándole hasta que consigo lo que yo quiero, correrme varias veces mas, me encanta ponerme de rodillas para que me de mi premio









restregandomela por la cara, así luego huelo a ella.
-No te la voy a dar en la boca, vas a tener que relamerla

uhmm.... solo espero que hoy también pueda darme mi merecido, sino, después de escribir esto necesitaré una de mis sesiones de conejito...

1 comentario:

  1. Una delicia morir de esa manera, yo quieroooooooo, jaja. Un placer. Besitossssssss.

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